Akathisto a la Gloriosa Señora Nuestra Theotokos

< The Akathist Hymn

Primera Oda

Hirmos

Abriré mi boca y quedará repleta del Espíritu: y entonaré un poema en honor de la Madre Reina; me presentaré gozosamente celebrándola y, jubilosamente, cantaré sus maravillas.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

Al verte, Libro viviente de Cristo sellado por el Espíritu, el gran Arcángel, oh Pura, te dijo: salve, receptáculo de la dicha, por medio de quien cesará la maldición de la primera Madre.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Rehabilitación de Adán, ¡Salve!, Virgen, Esposa de Dios, muerte del infierno; salve, oh Purísima, palacio del único Rey; salve, trono ígneo de aquel que todo lo gobierna.

Gloria...

Tú la única que hiciste brotar la Rosa que no se marchita, salve, Tu que produjiste la manzana de suave perfume; salve, Tú que engendraste la fragancia del Rey de todos; salve, esposa intacta, salvación del mundo.

Y ahora...

Tesoro de la pureza por quien nos levantamos de nuestra caída, salve; salve, lirio perfumado, Soberana que perfumas a los fieles, incienso de suave fragancia, aroma preciosísimo.

 

Tercera Oda

Hirmos

¡A los que te celebran, Madre de Dios, fortalécelos! ¡fuente viva e incorruptible! reunidos en esta fiesta espiritual en el día de tu divina gloria; hazlos dignos de la corona de la gloria.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

Tú, que hiciste germinar la espiga divina; como tierra no trabajada, ¡salve! mesa viviente que trajiste el Pan de la vida; ¡salve, manantial inagotable del agua viva, Soberana!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

¡Salve, Madre, que engendraste para los fieles al ternero sin mancha; salve, oh cordera, que engendraste al cordero de Dios que quita los pecados de todo el mundo. Salve, expiación ardiente!

Gloria...

¡Aurora resplandeciente, Salve, porque Tú llevaste, la única, al Sol Cristo, morada de la luz; salve, Tú que disolviste las tinieblas y confundiste para siempre a los demonios tenebrosos!

Y ahora...

Salve, puerta única, a quien, único, atravesó el Verbo; Soberana que los barrotes y las puertas del Hades, con tu parto rompiste. Salve, divino acceso de quienes se salvan, ¡oh digna de toda alabanza!

Cuarta Oda

Hirmos

Aquel que está sentado en la gloria, en el trono de la Divinidad, vino en una ligera nube, Jesús, el Dios excelso, con mano sin mancha, y salvó a quienes le gritaban: «Gloria, oh Cristo, a tu poder».

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

 

Troparios

Con las voces de nuestros cánticos, te aclamamos, ¡Oh digna de toda alabanza! ¡Salve, monte fértil y regado por el Espíritu. Salve, lámpara y vaso portador del Maná que endulza los sentimientos de todos tus fieles!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

 

¡Propiciatorio del mundo, Salve, Soberana incontaminada; salve, escala que, desde la tierra, elevas a todos hacia la gracia; salve, puente que conduce verdaderamente de la muerte a la vida a todos cuantos te cantan!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

¡Más sublime que los cielos, Salve, Tú que llevaste sin fatiga —oh Purísima— al fundamento de la tierra en tu seno; salve, tintura, que extrajiste de tu sangre la púrpura divina para el Rey de las Potestades!

Gloria...

¡Tu que verdaderamente diste a luz al Legislador que borra gratuitamente las faltas de todos Salve, Soberana! ¡Salve, oh abismo incomprensible, altura inefable, esposa inviolada, por quien somos divinizados!

Y ahora...

¡A ti, que entretejiste para el mundo una corona no hecha por manos humanas, te ensalzamos: Salve, Virgen defensa de todos, protección, fortaleza y sagrado refugio!

 

Quinta Oda

Hirmos

Todas las cosas se asombran ante tu divina gloria; Tú, en efecto, ¡oh Virgen, esposa inviolada! tuviste en tu seno al Dios que está por encima de todas las cosas, y diste a luz al hijo intemporal que concede la salvación a cuantos te cantan.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

¡Salve, purisima, que diste a luz al camino de la vida y salvaste al mundo del cataclismo del pecado; salve, Esposa divina, voz y relato arcano; salve, morada del Señor de la creación!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

¡Salve, Purísima, fortaleza y alcázar de los hombres, lugar sagrado de la gloria; Muerte del Hades, tálamo luminoso; salve, alegría de los Ángeles; salve, socorro de cuantos con fe te invocan!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

¡Carruaje ígneo del Verbo, salve, Señora, Paraíso viviente que tienes en tu interior al árbol de la vida, al Señor; cuya dulzura da vida a cuantos con fe se acercan, aún estando sujetos a la corrupción!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Gloria...

Robustecidos con tu fuerza, con fe te exclamamos: ¡salve, ciudad del rey universal; de quien se dijeron cosas gloriosas y dignas de ser oídas; salve, monte intacto, abismo insondable!

Y ahora...

¡Salve, Purísima, amplia morada del Verbo, ostra que elaboraste la divina perla; salve, totalmente prodigiosa, reconciliación con Dios de cuantos en todo momento, oh Madre de Dios, te proclaman bienaventurada!

Sexta Oda

Hirmos

Los que celebramos esta divina y honorabilísima fiesta de la Madre de Dios, venid, aplaudamos glorificando a Dios que nació de ella.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

¡Tálamo inmaculado del Verbo, causa de la deificación de todos, salve, Purísima, voz de los profetas; salve, ornato de los Apóstoles!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

De ti destiló el rocío que extinguió la llama del politeísmo; por eso te exclamamos: ¡Salve, oh Virgen, vellocino seco, previsto por Gedeón!

Gloria...

He aquí que te exclamamos: ¡Salve! puerto para nosotros, sacudidos por las olas, Tú eres, defensa en el mar de las tribulaciones y de todos los obstáculos del enemigo.

Y ahora...

Causa de la alegría, otórganos la gracia de la sensatez para gritarte: ¡Salve zarza no consumida, nube completamente luminosa que cubre constantemente a los fieles!

Oda séptima

Hirmos

No adoraron a la criatura en vez de adorar al Creador, los inspirados por Dios, sino que despreciando virilmente la amenaza del fuego, alegres cantaban: ¡Bendito eres, Dios y Señor de nuestros padres, y muy digno de alabanza!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

 

Troparios

Nosotros te cantamos exclamando: ¡Salve, carroza del Sol espiritual; vid verdadera que produjo el racimo maduro, que destila un vino que alegra los espíritus de aquellos que con fe te glorifican!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

¡Salve, Esposa divina, que engendraste al médico de los hombres; vara mística en que floreció la flor que no se marchita; salve, Soberana, por medio de quien hemos sido colmados de gozo y heredamos la vida!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

La lengua mas elocuente no tiene la fuerza suficiente para cantarte ¡oh Soberana! Tu has sido enaltecida por encima de los Serafines porque llevaste en tu seno a Cristo Rey; pídele ahora que nos libre de toda desventura a quienes te sirven fielmente.

Gloria...

Los confines de la tierra, llamándote bienaventurada, te celebran y te aclaman con amor. ¡Salve, oh Purísima, libro en el cual fue escrito el Verbo por el dedo del Padre; Madre de Dios, pídele que inscriba en el libro de la vida a tus servidores!

Y ahora...

Te rogamos y doblamos las rodillas del corazón, nosotros, tus siervos: Inclina ¡oh Purísima! tu oído y sálvanos a nosotros, sumergidos constantemente en las tribulaciones; y custodia, ¡oh Madre de Dios! a tu ciudad de los asaltos de los enemigos.

Oda octava

Hirmos

A los piadosos jóvenes, en el horno, salvó aquel a quien dió a luz la Madre de Dios; entonces era prefiguración, ahora está realizado; convoca a toda la tierra para cantarte: «¡Alabad, obras todas, al Señor y glorificadlo por todos los siglos!».

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

Acogiste al Verbo en tu seno, llevaste a quien lleva todas las cosas; ¡oh Purísima! alimentaste con leche a quien, con un gesto, alimenta al universo entero; a El, pues, le cantamos: «Alabad, obras todas al Señor y glorificadlo por todos los siglos».

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Moisés reconoció en la zarza el gran misterio de tu parto; los Jóvenes, lo prefiguraron claramente al permanecer en medio del fuego sin quemarse, santa Virgen incorrupta; por eso te ensalzamos por todos los siglos.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Los que antes estuvimos despojados por el engaño, en virtud de tu maternidad hemos sido revestidos con el vestido de la incorruptibilidad; los que permanecíamos en la tiniebla del pecado, hemos visto la luz, oh Virgen, morada de la luz; por ello te ensalzamos por todos los siglos.

Gloria...

Por ti los muertos son vivificados; pues Tú engendraste a la vida que se encarnó; discuten con locuacidad los que hace poco eran mudos, los leprosos quedan limpios, las enfermedades son alejadas y los numerosos espíritus adversos son vencidos, ¡oh Virgen! salvación de los mortales.

Y ahora...

A Tí que diste a luz a la salvación del mundo, a través de la cual fuimos alzados de la tierra a lo alto; ¡Salve, oh totalmente bendita, protección y fortaleza, muralla y bastión de quienes te cantan ¡Purísima!: «Alabad, obras todas, al Señor y glorificadlo por todos los siglos».

Oda novena

Hirmos

Exulte todo hijo de la tierra, iluminado por el Espíritu; celebren gozosamente la estirpe de las criaturas incorpóreas la sagrada fiesta de la Madre de Dios y exclamen: ¡Salve, benditísima Madre de Dios, oh pura siempre Virgen!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Troparios

Para que podamos decirte nosotros, tus fieles: «salve», quienes fuimos hechos partícipes, gracias a ti, de la alegría perenne; líbranos de toda tentación, del sometimiento de los bárbaros, y de toda otra desgracia que por la multitud de sus transgresiones amenaza a los hombres pecadores.

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Tu eres nuestra luz y seguridad, por eso te cantamos: ¡salve, estrella sin ocaso que introduce en el mundo del gran Sol; salve, oh Purísima, que abriste el Edén cerrado: salve, columna de fuego que guías a los hombres hacia la vida de lo alto!

Santísima Madre de Dios, Sálvanos.

Estemos devotamente en la casa de nuestro Dios, y exclamemos: ¡salve, Señora del mundo; salve María, nuestra soberana; salve, la única buena e inmaculada entre las mujeres; salve, vaso que acoges el aroma inagotable en ti vertido!

Gloria...

¡Paloma que engendraste al Misericordioso salve, siempre Virgen; salve, gloria de todos los santos, corona de los atletas, salve; ornato divino de todos los justos, salvación de nosotros, los creyentes!

Y ahora...

Proteje, Señor, tu heredad y no mires ahora todos nuestros pecados; atendiendo para ello a la que intercede por nosotros, Aquella que te llevó en su seno sin conocer varón, cuando Tú, Cristo, por tu gran misericordia, quisiste asumir la forma humana.

 

 

 

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Vocabulario:

Akathisto — Himno Mariano en la Iglesia Ortodoxa que se canta de pie según la tradición.

Ikos — Palabra griega que quiere decir una parte del himno en la Iglesia.

Kontaquio — Un parte del himno en la Iglesia Ortodoxa.

Theotokos — Palabra griega que quiere decir : Ella que dio a Luz a Dios.

 

 

Himno Akathisto 2.

Traducido por la

Iglesia Ortodoxa de Argentina – Edición 1996

Dedicatoria

Oh Madre de Dios, oh, Generala victoriosa, te cantamos un himno de triunfo. A ti, que nos salvas de nuestras tribulaciones te ofrecemos nuestra gratitud. Eres invencible. Líbranos de todo peligro y exclamaremos: Alégrate, Esposa siempre Virgen.

Prólogo

Habiendo entendido su misión secreta, el Ángel va con prisa a la casa de José y dice a la Virgen: "El que inclina los Cielos por su condescendencia, Se esconde en ti. Viendo cómo toma la forma de esclavo en tu seno, me maravillo y te aclamo:

Alégrate, Esposa siempre Virgen.

I

Un Príncipe de los ángeles es enviado desde los Cielos para decir a la Madre de Dios: "Alégrate." Cuando Te contempla, oh, Señor, asumiendo un cuerpo, exulta y queda asombrado, y con voz inmaterial la aclama:

Alégrate, Luz de alegría

Alégrate, extinción de la maldición

Alégrate, resurrección de Adán caído

Alégrate, redención de las lágrima de Eva

Alégrate, altura inaccesible a la razón humana

Alégrate, profundidad insondable aun a los ojos de los Ángeles

Alégrate, trono del Rey

Alégrate, portadora de Quién lo lleva todo

Alégrate, estrella que anuncia al Sol

Alégrate, seno de la divina Encarnación

Alégrate, renovadora de la Creación

Alégrate, Madre del Creador

Alégrate, Esposa siempre Virgen.

Considerando su castidad, la Santísima dice con franqueza a Gabriel: "La paradoja de tu palabra parece incomprensible a mi alma. Me predicas una maternidad sin que conozca varón y exclamas: ¡Alleluia!

II

La Virgen desea comprender lo incomprensible e interroga al enviado: "¿ Cómo puede nacer un hijo de mis castas entrañas ? Dímelo." El ángel responde con temor, aclamándola:

Alégrate, iniciada en el designio inefable

Alégrate, testimonio del silencio misterioso

Alégrate, preludio de las maravillas del Cristo

Alégrate, recapitulación de los dogmas de la fe

Alégrate, escala por la que Dios bajó de los Cielos

Alégrate, puente que conduce a los de la tierra a los Cielos

Alégrate, maravilla de los ángeles

Alégrate, herida de los demonios

Alégrate, Madre inefable de la Luz

Alégrate, maestra de discreción

Alégrate, ciencia mayor que la de los sabios

Alégrate, iluminación del espíritu de los fieles

Alégrate, Esposa siempre Virgen

La Energía del Altísimo cubre con su sombra a la Virgen para fecundarla, transformando su seno estéril en un campo fértil para todos los que quieran cosechar la salvación, salmodiando así: ¡Alleluia!

III

Habiendo recibido a Dios en su seno, la Virgen se apresura a visitar a Isabel. Su bebé, reconociendo el saludo de María, enseguida se alegra y salta de júbilo, aclamando a la Madre de Dios:

Alégrate, sarmiento de cepa incorruptible

Alégrate, huerto de frutos puros

Alégrate, Madre del Jardinero, amigo del hombre

Alégrate, matriz del Sembrador de nuestra vida

Alégrate, tierra fértil de misericordias

Alégrate, mesa colmada de ofrendas

Alégrate floración del Paraíso

Alégrate, puerto de las almas

Alégrate, grato incienso de la plegaria

Alégrate expiación de todo el universo

Alégrate, amor de Dios a los hombres

Alégrate, intercesora de los mortales frente a Dios

Alégrate, Esposa siempre Virgen

El discreto José es turbado por un torbellino de pensamientos contradictorios. Vacila su alma al verte concebir misteriosamente, Virgen irreprochable. Mas, conociendo la obra del Espíritu Santo, dice: ¡Alleluia!

IV

Los pastores oyen cantar a los ángeles la presencia del Cristo encarnado. Corriendo como hacia su Pastor, Lo contemplan como un Cordero inmaculado, alimentado por el seno de María, a quien cantan este himno:

Alégrate, Madre del Cordero y del Pastor

Alégrate, redil de las ovejas espirituales

Alégrate, refugio contra las fieras invisibles

Alégrate, llave de las puertas del Paraíso

Alégrate, fuente del regocijo de los Cielos con la tierra

Alégrate, armonía de las voces terrestres con los coros celestiales

Alégrate, boca de los apóstoles que no se calla

Alégrate, fuerza invencible de los mártires

Alégrate, sostén inconmovible de la Fe

Alégrate, señal resplandeciente de la Gracia

Alégrate, vencedora del infierno

Alégrate, mediadora de la Gloria

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Los Magos consideran la estrella que conduce a Dios. Siguiendo su resplandor, lo toman como lámpara para alcanzar lo Inaccesible y se alegran, proclamando: ¡Alleluia!

V

Los Magos de Caldea ven en manos de la Virgen a Aquél que con sus manos modela al hombre. Lo reconocen como a su Señor, aunque toma la forma de esclavo y se apresuran a rendirle el homenaje de sus dones diciendo a la Bendita:

Alégrate, Madre del Astro sin ocaso

Alégrate, amanecer del día místico

Alégrate, extinción de la hoguera del error

Alégrate, iluminación de los iniciados en la Trinidad

Alégrate, rendición del tirano inhumano

Alégrate, reveladora del Cristo, Señor, amigo del hombre

Alégrate, libertadora de los ritos paganos

Alégrate, tú que nos sacas de las obras corruptas

Alégrate, consumación de la adoración del fuego

Alégrate, bálsamo de las pasiones

Alégrate, guía de los fieles hacia la sabiduría

Alégrate, gozo de todas las generaciones

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Testigos y portadores de Dios, los Magos vuelven a Babilonia cumpliendo tu profecía, proclamándote Cristo ante todos y dejando al insensato Herodes, incapaz de

Salmodiar: ¡Alleluia ¡

VI

Haciendo brillar en Egipto la luz de la Verdad, disipaste las tinieblas del error. Los ídolos de este país no soportan tu potencia, oh, Salvador, y se derrumban, y los que se libran de ellos claman a la Madre de Dios:

Alégrate, elevación de los hombres

Alégrate, caída de los demonios

Alégrate, humillación del error

Alégrate, demostración del engaño de los ídolos

Alégrate, mar que sumerge al Faraón, al hombre viejo

Alégrate, roca que sacia a los sedientos de la Vida

Alégrate, columna de fuego que orienta en las tinieblas

Alégrate, refugio más vasto que el firmamento

Alégrate, alimento mejor que el maná

Alégrate, servidora del festín sagrado

Alégrate, tierra prometida

Alégrate, fuente de leche y de miel

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Mirando al Niño, Simeón, pronto a dejar este mundo engañador, Lo reconoce como verdadero Dios y admira tu inefable Sabiduría, clamando: ¡Alleluia!

VII

Nos muestra el Creador una nueva creación, manifestándose a nosotros, sus criaturas. Germinando en un seno sin simiente, lo conservó intacto para que al considerar tal maravilla cantemos aclamándola:

Alégrate, flor incorruptible

Alégrate, corona de la pureza

Alégrate, rostro refulgente de la Resurrección

Alégrate, espejo de la vida angélica

Alégrate, árbol cuyos frutos luminosos nutren a los fieles

Alégrate, ramaje frondoso que da su sombra a muchos

Alégrate, Madre del Guía de los perdidos

Alégrate, Madre del Redentor de los cautivos

Alégrate, tranquilidad del justo

Alégrate, reconciliación de los pecadores

Alégrate, túnica de Gracia para los que están desnudos

Alégrate, ternura que supera todo deseo

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Mirando este racimo asombroso, nos convertimos en extranjeros de este mundo, poniendo nuestro espíritu en los Cielos. Por eso el Altísimo se manifestó en la tierra como un hombre humilde, para atraer hacia las alturas a todos los que Lo aclaman:

¡Alleluia!

VIII

Por condescendencia divina, el Verbo Se hace presente a los de la tierra sin alejarse de los Cielos y sin transferirse de un lugar a otro. Nace de una Virgen, llena de Dios, a la que aclamamos:

Alégrate, casa inmensa de Dios

Alégrate, umbral del misterio sagrado

Alégrate, buena nueva incomprensible para los infieles

Alégrate, gloria de los fieles

Alégrate, carro santísimo de quien está por encima de los Querubines

Alégrate, morada de quien está por encima de los Serafines

Alégrate, conciliación de los contrarios

Alégrate, juntura de la virginidad y la maternidad

Alégrate, perdón de la transgresión

Alégrate, mano que abre el Paraíso

Alégrate, clave del Reino del Cristo

Alégrate, esperanza de los bienes eternos

Alégrate, Esposa siempre Virgen

El mundo entero de los ángeles admira la obra inmensa de tu Encarnación. El Dios inaccesible Se hace ver a todos accesible como un hombre, habitando entre nosotros, y oyendo de todos: ¡Alleluia!

IX

Vemos a los habladores mudos como peces ante ti, oh Madre de Dios, incapaces de decir cómo pudiste conciliar la virginidad y la maternidad. Nosotros, admirando el Misterio, te aclamamos llenos de fe:

Alégrate, arca de la Sabiduría de Dios

Alégrate, joyero de la Divina Providencia

Alégrate, victoria sobre la necedad de los filósofos

Alégrate, silencio impuesto a los sabios

Alégrate, extravío de los buscadores vacilantes

Alégrate, confusión de los mentirosos

Alégrate, solución de los enigmas

Alégrate, abundancia en las redes de los pescadores

Alégrate, liberadora de los abismos de la ignorancia

Alégrate, lámpara de las inteligencias

Alégrate, navío de los navegantes de esta vida

Alégrate, puerto de los navegantes de esta vida

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Queriendo salvar al mundo, el Creador viene a él libremente. Dios, nuestro Pastor, Se hace Cordero por nosotros y atrae nuestra naturaleza con su propia naturaleza y nos oye responder como a Dios: ¡Alleluia!

X

Eres muralla para las vírgenes, oh Madre de Dios y Virgen, y para todos los que corren hacia. Pues el Creador del Cielo y de la tierra te cubre con su sombra, oh Inmaculada, habita en tu seno y a todos enseña a decir:

Alégrate, columna de la virginidad

Alégrate, puerta de la salvación

Alégrate, principio de la nueva creación

Alégrate, administradora de la bondad divina

Alégrate, regeneradora de los concebidos en la desgracia

Alégrate, cordura de los espíritus confundidos

Alégrate, derrota del corruptor de los espíritus

Alégrate, Madre del Sembrador de la pureza

Alégrate, lecho nupcial de las bodas inmaculadas

Alégrate, unión de los fieles con su Señor

Alégrate, maestra de las vírgenes

Alégrate, adorno nupcial de las almas santas

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Magnitud infinita tiene tu misericordia, y todo himno es impotente para describirla. Oh, Rey santo, aunque nuestros cantos fuesen tan numerosos como los granos de arena, no haríamos nada digno del don que reciben los que claman: ¡Alleluia!

XI

Vemos a la Virgen santa como una llama que ilumina a quienes están en las tinieblas. Su luz inmaterial conduce a todo hombre al conocimientos divino. Esplendor que ilumina la inteligencia, está honrada por esta aclamación:

Alégrate, rayo del Sol espiritual

Alégrate, luz inextinguible

Alégrate, relámpago que ilumina las almas

Alégrate, trueno que asusta a los enemigos

Alégrate, nacimiento de un Astro esplendoroso

Alégrate, tú que haces surgir un Río inagotable

Alégrate, imagen viva del agua del bautismo

Alégrate, ablución de la mancha del pecado

Alégrate, fuente que lava la conciencia

Alégrate, copa que mana alegría

Alégrate, perfume del Cristo

Alégrate, vida del banquete místico

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Queriendo perdonar las deudas antiguas, El que perdona las deudas de todos los hombres viene hacia ellos, alejados de su gracia. Cuando rompe el acta de crédito, nos oye aclamarlo: ¡Alleluia!

XII

Nosotros cantando tu maternidad, te alabamos, oh Madre de Dios, como a un templo vivo. Pues habitando en tu seno, el Señor que tiene en su mano todo el universo te santifica y te glorifica y nos enseña a aclamarte:

Alégrate, tabernáculo del Verbo Dios

Alégrate, santuario santísimo

Alégrate, arca dorada por el Espíritu Santo

Alégrate tesoro inagotable de vida

Alégrate, diadema preciosa de los reyes santos

Alégrate, gloria de los sacerdotes piadosos

Alégrate, torre inexpugnable de la Iglesia

Alégrate, fortaleza indestructible del Reino de Dios

Alégrate, dispensadora de victorias y trofeos

Alégrate, derrota de los enemigos

Alégrate, medicina de nuestro cuerpo

Alégrate, salvación de nuestra alma

Alégrate, Esposa siempre Virgen

Oh Madre digna de toda alabanza, tú que pariste al Verbo más Santo que todos los santos, recibe hoy nuestra ofrenda, líbranos de toda desgracia y del castigo que amenaza, y preserva a los que aclaman juntos: ¡Alleluia!

Ode 1

I shall open my mouth, and the Spirit will inspire it, and I shall utter the words of my song to the Queen and Mother: I shall be seen radiantly keeping feast and joyfully praising her wonders.

Most holy Theotokos, save us.

Beholding thee, the living book of Christ, sealed by the Spirit, the great archangel exclaimed to thee, O pure one: Rejoice, vessel of joy, through which the curse of the first mother is annulled.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, Virgin bride of God, restoration of Adam and death of hell. Rejoice, all-immaculate one, palace of the King of all. Rejoice, fiery throne of the Almighty.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Rejoice, O thou who alone hast blossomed forth the unfading Rose. Rejoice, for thou hast borne the fragrant Apple. Rejoice, Maiden unwedded, the pure fragrance of the only King, and preservation of the world.

Both now and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Rejoice, treasure-house of purity, by which we have risen from our fall. Rejoice, sweet-smelling lily which perfumeth the faithful, fragrant incense and most precious myrrh.

Ode 3

O Mother of God, thou living and plentiful fount, give strength to those united in spiritual fellowship, who sing hymns of praise to thee: and in thy divine glory vouchsafe unto them crowns of glory.

Most holy Theotokos, save us.

From thee, the untilled field, hath grown the divine Ear of grain. Rejoice, living table that hath held the Bread of Life. Rejoice, O Lady, never-failing spring of the Living Water.

Most holy Theotokos, save us.

O Heifer that barest the unblemished Calf for the faithful, rejoice, Ewe that hast brought forth the lamb of God Who taketh away the sins of all the world. Rejoice, ardent mercy-seat.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Rejoice brightest dawn, who alone barest Christ the Sun. Rejoice, dwelling-place of Light, who hast dispersed darkness and utterly driven away the gloomy demons.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Rejoice, only door through which the Word alone hath passed. By thy birthgiving, O Lady, thou hast broken the bars and gates of hell. Rejoice, Bride of God, divine entry of the saved.

Ode 4

He who sitteth in glory upon the throne of the Godhead, Jesus the true God, is come in a swift cloud and with His sinless hands he hath saved those who cry: Glory to Thy power, O Christ.

Most holy Theotokos, save us.

With voices of song in faith we cry aloud to thee, who art worthy of all praise: Rejoice, butter mountain, mountain curdled by the Spirit. Rejoice, candlestick and vessel of manna, which sweeteneth the senses of all the pious.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, mercy-seat of the world, most pure Lady. Rejoice, ladder raising all men from the earth by grace. Rejoice, bridge that in very truth hast led from death to life all those that hymn thee.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, most pure one, higher than the heavens, who didst painlessly carry within thy womb the Fountain of the earth. Rejoice, sea-shell that with thy blood didst dye a divine purple robe for the King of Hosts.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Rejoice, Lady who in truth didst give birth to the lawgiver, Who freely washed clean the iniquities of all. O Maiden who hast not known wedlock, unfathomable depth, unutterable height, by whom we have been deified.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Praising thee who hast woven for the world a Crown not made by hand of man, we cry to thee: Rejoice, O Virgin, the guardian of all men, fortress and stronghold and sacred refuge.

Ode 5

The whole world was amazed at thy divine glory: for thou, O Virgin who hast not known wedlock, hast held in thy womb the God of all and hast given birth to an eternal Son, who rewards with salvation all who sing thy praises.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, most immaculate one, who gavest birth to the Way of life, and who savedst the world from the flood of sin. Rejoice, Bride of God, tidings fearful to tell and hear. Rejoice, dwelling-place of the Master of all creation.

Most holy Theotokos, save us.



Rejoice, most pure one, the strength and fortress of men, sanctuary of glory, the death of hell, all-radiant bridal chamber. Rejoice, joy of angels. Rejoice, helper of them that pray to thee with faith.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, O Lady, fiery chariot of the Word, living paradise, having in thy midst the Tree of Life, the Lord of Life, Whose sweetness vivifieth all who partake of Him with faith, though they have been subject to corruption.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Strengthened by thy might, we raise our cry to thee with faith: Rejoice, city of the King of all, of which things glorious and worthy to be heard were clearly spoken. Rejoice, unhewn mountain, unfathomed depth.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Rejoice, most pure one, spacious tabernacle of the Word, shell which produced the divine Pearl. Rejoice, all-wondrous Theotokos, who dost reconcile with God all who ever call thee blessed.

Ode 6

As we celebrate this sacred and solemn feast of the Mother of God, let us come, clapping our hands, O people of the Lord, and give glory to God who was born of her.

Most holy Theotokos, save us.

O undefiled bridal chamber of the Word, cause of deification for all, rejoice, all honorable preaching of the prophet; rejoice, adornment of the apostles.

Most holy Theotokos, save us.

From thee hath come the Dew that quenched the flame of idolatry; therefore, we cry to thee: Rejoice, living fleece wet with dew, which Gideon saw of old, O Virgin.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Behold, to thee, O Virgin, we cry: Rejoice! Be thou the port and a haven for all that sail upon the troubled waters of affliction, amidst all the snares of the enemy.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Thou cause of joy, endue our thoughts with grace, that we may cry to thee: Rejoice, unconsumed bush, cloud of light that unceasingly overshadowest the faithful.

Ode 7

The holy children bravely trampled upon the threatening fire, refusing to worship created things in place of the Creator, and they sang in joy: 'Blessed art Thou and praised above all, O Lord God of our Fathers.

Most holy Theotokos, save us.

We sing of thee, saying aloud: Rejoice, chariot of the noetic Sun; true vine, that hast produced ripe grapes, from which floweth a wine making glad the souls of them that in faith glorify thee.

Most holy Theotokos, save us.

Rejoice, Bride of God, who gavest birth to the Healer of all; mystical staff, that didst blossom with the unfading Flower. Rejoice, O Lady, through whom we are filled with joy and inherit life.

Most holy Theotokos, save us.

No tongue, however eloquent, hath power to sing thy praises, O Lady; for above the seraphim art thou exalted, who gavest birth to Christ the King, Whom do thou beseech to deliver from all harm those that venerate thee in faith.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

The ends of the earth praise thee and call thee blessed, and they cry to thee with love: Rejoice, pure scroll, upon which the Word was written by the finger of the Father. Do thou beseech Him to inscribe thy servants in the book of life, O Theotokos.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

We thy servants pray to thee and bend the knees of our hearts: Incline thine ear, O pure one; save thy servants who are always sinking, and preserve thy city from every enemy captivity, O Theotokos.

Ode 8

The Offspring of the Theotokos saved the holy children in the furnace. He who was then prefigured hath since been born on earth, and he gathers all the creation to sing: O all ye works of the Lord, praise ye the Lord and exalt Him above all for ever.

Most holy Theotokos, save us.

Within thy womb thou hast received the Word; thou hast carried Him who carrieth all; O pure one, thou hast fed with milk Him Who by His beck feedeth the whole world. To Him we sing: Sing to the Lord, all ye His works, and supremely exalt Him unto the ages.

Most holy Theotokos, save us.

Moses perceived in the burning bush the great mystery of thy childbearing, while the youths clearly prefigured it as they stood in the midst of the fire and were not burnt, O Virgin pure and inviolate. Therefore do we hymn thee and supremely exalt thee unto the ages.

Most holy Theotokos, save us.

We who once through falsehood were stripped naked, have by thy childbearing been clothed in the robe of incorruption; and we who once sat in the darkness of sin have seen the light, O Maiden, dwelling-place of Light. Therefore do we hymn thee and supremely exalt thee unto the ages.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Through thee the dead are brought to life, for thou hast borne the Hypostatic Life. They who once were mute are now made to speak well; lepers are cleansed, diseases are driven out, the hosts of the spirits of the air are conquered, O Virgin, the salvation of men.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Thou didst bear the salvation of the world, O pure one, and through thee we were lifted from earth to heaven. Rejoice, all-blessed, protection and strength, rampart and fortress of those who sing: O all ye works of the Lord, praise ye the Lord and supremely exalt Him unto the ages.

Ode 9

Let every mortal born on earth, radiant with light, in spirit leap for joy; and let the host of the angelic powers celebrate and honor the holy feast of the Mother of God, and let them cry: Rejoice! Pure and blessed Ever-Virgin, who gavest birth to God.

Most holy Theotokos, save us.

Let us, the faithful, call to thee: Rejoice! Through thee, O Maiden, we have become partakers of everlasting joy. Save us from temptations, from barbarian captivity, and from every other injury that befalleth sinful men because of the multitude of their transgressions.

Most holy Theotokos, save us.

Thou hast appeared as our enlightenment and confirmation; wherefore, we cry to thee: Rejoice, never-setting star that bringest into the world the great Sun. Rejoice, pure Virgin that didst open the closed Eden. Rejoice, pillar of fire, leading mankind to a higher life.

Most holy Theotokos, save us.

Let us stand with reverence in the house of our God, and let us cry aloud: Rejoice, Mistress of the world. Rejoice, Mary, Lady of us all. Rejoice, thou who alone art immaculate and fair among women. Rejoice, vessel that receivedst the inexhaustible myrrh poured out on thee.

Glory to the Father, and to the Son, and to the Holy Spirit.

Thou dove that hast borne the Merciful One, rejoice, ever-virgin! Rejoice, glory of all the saints. Rejoice, crown of martyrs. Rejoice, divine adornment of all the righteous and salvation of us the faithful.

Both now, and ever, and unto the ages of ages. Amen.

Spare Thine inheritance, O God, and pass over all our sins now, for as intercessor in Thy sight, O Christ, Thou hast her that on earth gave birth to Thee without seed, when in Thy great mercy Thou didst will to take the form of man.


Then the Choir chants the Kontakion:

(Tone 8)

To Thee, the Champion Leader, we Thy servants dedicate a feast of victory and of thanksgiving as ones rescued out of sufferings, O Theotokos: but as Thou art one with might which is invincible, from all dangers that can be do Thou deliver us, that we may cry to Thee: Rejoice, Thou Bride Unwedded!

O Victorious Leader of Triumphant Hosts! We thy servants, delivered from evil, sing our grateful thanks to thee, O Theotokos! As thou possessest invincible might, set us free from every calamity so that we may sing: Rejoice, O Unwedded Bride!

Ikos 1


A Prince of the Angels was sent from Heaven to say to the Theotokos, Rejoice!
A Prince of the Angels was sent from Heaven to say to the Theotokos, Rejoice!
A Prince of the Angels was sent to the Theotokos, Rejoice!
And seeing Thee, O Lord, take bodily form at the sound of his bodiless voice, filled with amazement he stood still and cried aloud to Her:

Rejoice! For through thee joy shall shine forth:
Rejoice! For through thee the curse shall cease.
Rejoice! Recalling of fallen Adam:
Rejoice! Deliverance from the tears of Eve.
Rejoice! Height hard to climb for the thoughts of men:
Rejoice! Depth hard to scan even for the eyes of Angels.
Rejoice! For thou art the throne of the King:
Rejoice! For thou holdest Him Who upholds all.
Rejoice! Star causing the Sun to shine:
Rejoice! Womb of the Divine Incarnation.
Rejoice! For through thee the creation is made new:
Rejoice! For through thee the Creator becomes a newborn Child.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 2


The Holy Maiden, seeing herself in all her purity, said boldly unto Gabriel: “Strange seem thy words, and hard for my soul to accept. From a conception without seed dost thou speak of childbirth, crying: Alleluia!”

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 2


Seeking to know what passes knowledge, the Virgin said to the ministering Angel: “From a maiden womb how can a son be born? Tell me.” And to her in fear he answered, crying:

Rejoice! Initiate of God’s secret counsel:
Rejoice! Faith in that which must be guarded by silence.
Rejoice! Beginning of Christ’s wonders:
Rejoice! Crown and fulfillment of His teachings.
Rejoice! Heavenly Ladder by which God came down:
Rejoice! Bridge leading men from earth to Heaven.
Rejoice! Marvel greatly renowned among the Angels:
Rejoice! Wound bitterly lamented by the demons.
Rejoice! For ineffably thou shalt bear the Light:
Rejoice! For thou hast reviled the Mystery to none.
Rejoice! Wisdom surpassing the knowledge of the wise:
Rejoice! Dawn that illumines the minds of the faithful.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 3


Then the power of the Most High overshadowed her that knew not wedlock, so that she might conceive: and He made her fruitful womb as a fertile field for all who long to reap the harvest of salvation, singing: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 3


Bearing God within Her womb, the Virgin hastened to Elizabeth; whose unborn child, knowing at once the salutation of the Theotokos, Rejoiced and, leaping as if in song, cried out to her:

Rejoice! Vine whence springs a never-withering branch:
Rejoice! Orchard of Pure Fruit.
Rejoice! For thou tendest the Husbandman who loves mankind:
Rejoice! For thou hast borne the Gardener who cultivates out life.
Rejoice! Earth yielding a rich harvest of compassion:
Rejoice! Table laden with mercy in abundance.
Rejoice! For through Thee the fields of Eden flower again:
Rejoice! For thou makest ready a Haven for our souls.
Rejoice! Acceptable incense of intercession:
Rejoice! Propitiation of the whole world.
Rejoice! Loving-kindness of God unto mortal man:
Rejoice! Freedom of the approach for mortals unto God.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 4


Tossed inwardly by a storm of doubts, prudent Joseph was troubled: knowing thee to be unwedded, O blameless Virgin, he feared a stolen union. But when he learnt the Thy conceiving was from the Holy Spirit, he said: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!
Kontakion to the Mother of God

O Victorious Leader of Triumphant Hosts! We Thy servants, delivered from evil, sing our grateful thanks to thee, O Theotokos! As thou possessest invincible might, set us free from every calamity so that we may sing: Rejoice, O Unwedded Bride!

Ikos 4


The shepherds heard the Angels glorify Christ’s coming in the flesh. Quickly they ran to the Shepherd, and beheld Him as a Lamb without spot, that had been pastured in the womb of Mary; and they sang praises to her, saying:

Rejoice! Mother of the Lamb and Shepherd:
Rejoice! Fold of spiritual sheep.
Rejoice! Protection against unseen enemies:
Rejoice! Key to the Door of Paradise.
Rejoice! For Heaven exults with earth:
Rejoice! For things on earth :Rejoice with the Heavens.
Rejoice! Never-silent voice of the Apostles:
Rejoice! Unconquered courage of the victorious martyrs.
Rejoice! Firm Foundation of the Faith:
Rejoice! Shining Revelation of Grace.
Rejoice! For through thee hell is stripped bare:
Rejoice! For through thee we are clothed in glory.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 5


Seeing the star pointing to God, the Magi followed its radiance. Keeping it before them as a beacon, with its help they sought the mighty King; and attaining the Unattainable, they rejoiced and cried to Him: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 5


The children of the Chaldaeans saw the Virgin holding in her hands Him Who with His hands fashion mankind. Though He had taken the form of a servant, yet they knew Him as their Master. In haste they knelt before Him with their gifts and cried out to the Blessed Virgin:

Rejoice! Mother of the Star that never Sets:
Rejoice! Bright Dawn of the mystical day.
Rejoice! For thou hast quenched the furnace of deception:
Rejoice! For thou dost illumine all who love the Mystery of the Holy Trinity.
Rejoice! For thou hast cast down from his dominion the tyrant that hates man:
Rejoice! For thou hast made known the Lord Christ Who loves mankind.
Rejoice! Liberation from the filth of pagan idols:
Rejoice! Liberation from the filth of sin.
Rejoice! For thou hast quenched the worship of fire:
Rejoice! For thou hast released us from the flames of passion.
Rejoice! Guide of the faithful to chastity:
Rejoice! Joy of all generations.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 6


Becoming God’s messengers, the Magi returned to Babylon. Having fulfilled the prophecy concerning Thee, and preaching Thee to all as Christ, they left Herod to his own raving, for he known not how to sing: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 6


Shining upon Egypt with the light of truth, Thou hast dispelled the darkness of falsehood; for the idols of that land fell down, unable to endure Thy power, O Savior, and all who were from them cried unto the Theotokos:

Rejoice! Restoration of men:
Rejoice! Downfall of demons.
Rejoice! For thou hast trampled on the delusion of error:
Rejoice! For thou hast exposed the snare of idols.
Rejoice! Sea that hast drowned the invisible pharoah:
Rejoice! Rock that gives drink to all who thirst for life.
Rejoice! Pillar of fire, guiding those in darkness:
Rejoice! Protection of the world, wider than the Cloud in the wilderness.
Rejoice! Food that takes the place of manna:
Rejoice! Minister of Holy Joy.
Rejoice! Promised Land:
Rejoice! Source of milk and honey.
Rejoice! O Unweddded Bride!

Kontakion 7


As Simeon drew near to the time of his departure from this world of error, he received Thee as an infant in his arms, but he knew Thee to be perfect God; and, struck with wonder at Thine ineffable wisdom, he cried: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Kontakion to the Mother of God


O Victorious Leader of Triumphant Hosts! We Thy servants, delivered from evil, sing our grateful thanks to thee, O Theotokos! As thou possessest invincible might, set us free from every calamity so that we may sing: Rejoice, O Unwedded Bride!

Ikos 7


A new creation has the Creator revealed, manifesting Himself unto us His creatures. From a Virgin’s womb He came, preserving it inviolate as it was before: that, beholding the miracle, we might sing her praises, crying:

Rejoice! Flower of incorruption:
Rejoice! Crown of chastity.
Rejoice! Bright foreshadowing of the Resurrection glory:
Rejoice! Mirror of the Angels’ life.
Rejoice! Tree of glorious Fruit on which the faithful feed:
Rejoice! Wood of shady leaves where many shelter.
Rejoice! For thou hast conceived a Guide for the Wanderers:
Rejoice! For thou hast borne a deliverer for the captives.
Rejoice! Intercessor for the righteous Judge:
Rejoice! Forgiveness for many who have stumbled.
Rejoice! Robe for the naked and bereft of hope:
Rejoice! Love surpassing all desire.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 8


Seeing this strange birth, let us become strangers to the world, fixing our minds in Heaven. To this end has the Most High God appeared on earth as a lowly man, because He wishes to draw heavenward all who cry aloud to Him: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 8


The Word uncircumscribed was wholly present here below, yet in no wise absent from the realm on high: God descended to earth, yet underwent no change in place. He was borne of a virgin, overshadowed by divine Power, and unto her we sing:

Rejoice! Enclosure of the God Whom nothing can enclose:
Rejoice! Gate of the hallowed Mystery.
Rejoice! Tidings doubted by unbelievers:
Rejoice! Undoubted glory of the faithful.
Rejoice! Most holy Chariot of Him Who rides upon the Cherubim:
Rejoice! Best of all dwellings for Him Who is above the Seraphim.
Rejoice! For thou bringest opposites to harmony:
Rejoice! For thou hast joined in one childbirth and virginity.
Rejoice! For through Thee our sin is remitted:
Rejoice! For through Thee Paradise is opened.
Rejoice! Key of Christ’s Kingdom:
Rejoice! Hope of eternal blessings.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 9


All the ranks of Angels marveled at the great work of Thine Incarnation. For they saw God, Whom none can approach, as a man approachable to all, dwelling in our midst, and hearing from our lips: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 9


Eloquent orators we see dumb as the fishes in Thy presence, O Theotokos, for they are at a loss to say how thou remainest virgin and yet hast power to bear a child. But we, marveling at the mystery, cry aloud with faith:

Rejoice! Casket of God’s Wisdom:
Rejoice! Treasury of His Providence.
Rejoice! For thou revealest lack of wisdom in the lovers of wisdom:
Rejoice! For thou provest devoid of reason those skilled in reason’s art.
Rejoice! For the cunning disputants are shown to be fools:
Rejoice! For the myth-makers have withered into silence.
Rejoice! For thou hast torn asunder the tangled web of the Athenians:
Rejoice! For thou hast filled the nets of the fishermen.
Rejoice! For thou dost draw men from the depths of ignorance:
Rejoice! For thou dost illumine multitudes with knowledge.
Rejoice! Ship of all who would be saved:
Rejoice! Haven for the seafarers of life.
Rejoice, O Unwedded Bride!

Kontakion 10


Wishing to save the world, the Fashioner of all things came to it of His own free choice. As God He is our Shepherd, yet has He appeared for our sakes as a man like us; and calling like be means of like, as God He hears our cry: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!
Kontakion to the Mother of God

O Victorious Leader of Triumphant Hosts! We Thy servants, delivered from evil, sing our grateful thanks to thee, O Theotokos! As thou possessest invincible might, set us free from every calamity so that we may sing: Rejoice, O Unwedded Bride!

Ikos 10


For the virgins and for all who flee to thee thou art a Wall, O Virgin Theotokos undefiled: for the Creator of Heaven and earth has made thee ready and adorned thee, dwelling in thy womb, and teaching all to sing to thee:

Rejoice! Pillar of virginity:
Rejoice! Gate of salvation.
Rejoice! Beginning of the new and spiritual creation:
Rejoice! Provider of God’s mercy.
Rejoice! For thou hast given new birth to those conceived in shame:
Rejoice! For thou hast given good counsel to those robbed of understanding.
Rejoice! For thou bringest to naught the corrupter of man’s mind:
Rejoice! For thou bringest to birth the Sower of purity.
Rejoice! Bridal Chamber of a marriage without seed:
Rejoice! For thou joinest in union the faithful to their Lord.
Rejoice! Fair nursing-mother of virgins:
Rejoice! Bridal escort of holy souls.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 11


No hymn can recount the multitude of Thy mercies. For though we offer unto Thee, O holy King, songs as numberless as the sand upon the seashore, yet we do nothing worthy of the blessings Thou hast given us, who cry to Thee: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 11


We see the Holy Virgin as the lamp of living light, shining upon those in darkness. Kindling the immaterial Fire, she guides all men to divine knowledge; she illumines our minds with radiance, and we sing these praises in her honor:

Rejoice! Beam of the Spiritual Sun:
Rejoice! Ray of the Moon that never wanes.
Rejoice! Lighting-flash that shines upon our souls:
Rejoice! Thunder that brings terror to our enemies.
Rejoice! Dawn that makest the manifold splendor to arise:
Rejoice! Spring that makest the River with many streams flow.
Rejoice! For thou dost prefigure the baptismal font:
Rejoice! For thou takest away the filth of sin.
Rejoice! Water washing clean the conscience:
Rejoice! Cup wherein is mixed the Wine of mighty joy.
Rejoice! Scent of Christ’s fragrance:
Rejoice! Life of mystical feasting.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 12


Wishing to grant release from ancient debts, the Redeemer of all men came of His own will to those who were exiled from His grace; He has torn up the record of our sins, and from all He hears the cry: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 12


We all sing in honor of thy Son, O Theotokos, and praise thee as a living temple. For the Lord Who holds all things in His hand made His dwelling in thy womb; He hallowed and He glorified thee, teaching all to cry to thee:

Rejoice! Tabernacle of God the Word:
Rejoice! Greater Holy of Holies.
Rejoice! Ark made golden by the Spirit:
Rejoice! Never-empty treasure-house of life.
Rejoice! Precious crown of Orthodox kings:
Rejoice! Honored boast of Godly priests.
Rejoice! Unshaken fortress of the Church:
Rejoice! Unconquered rampart of the Kingdom.
Rejoice! For through thee the standards of victory are raised on High:
Rejoice! For through thee our enemies are cast down.
Rejoice! Healing of my body:
Rejoice! Salvation of my soul.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion 13


O Mother worthy of all praise, who hast borne the Word, the Holiest of all Holies:
O Mother worthy of all praise, who hast borne the Word, the Holiest of all Holies:
O Mother worthy of all praise, who hast borne the Word, the Holiest of all Holies:
accepting this our offering, deliver from every ill and from the punishment to come all those who cry aloud to thee: Alleluia!

Alleluia! Alleluia! Alleluia!

Ikos 13


A Prince of the Angels was sent from Heaven to say to the Theotokos, Rejoice! And seeing Thee, O Lord, take bodily form at the sound of his bodiless voice, filled with amazement he stood still and cried aloud to her:

Rejoice! For through thee joy shall shine forth:
Rejoice! For through thee the curse shall cease.
Rejoice! Recalling of fallen Adam:
Rejoice! Deliverance from the tears of Eve.
Rejoice! Height hard to climb for the thoughts of men:
Rejoice! Depth hard to scan even for the eyes of Angels.
Rejoice! For thou art the throne of the King:
Rejoice! For thou holdest Him Who upholds all.
Rejoice! Star causing the Sun to shine:
Rejoice! Womb of the Divine Incarnation.
Rejoice! For through thee the creation is made new:
Rejoice! For through thee the Creator becomes a newborn Child.
Rejoice! O Unwedded Bride!

Kontakion to the Mother of God


O Victorious Leader of Triumphant Hosts! We Thy servants, delivered from evil, sing our grateful thanks to thee, O Theotokos! As thou possessest invincible might, set us free from every calamity so that we may sing: Rejoice, O Unwedded Bride!